Email marketing: consejos y mejores prácticaspara evitar caer en el spam
El correo electrónico o email es un canal esencial e indispensable en marketing. Sin embargo, empieza a resultar difícil adaptarse a las nuevas leyes de protección de datos europeas (RGPD) y a los sistemas de seguridad cambiantes y motores antispam. Todo ello dificulta la llegada de los correos electrónicos a la bandeja de entrada de tus destinatarios.
Cada correo electrónico que va a parar al spam es un gasto innecesario y, potencialmente, una posibilidad menos de conversión… Así que la pregunta es: ¿cómo podemos asegurarnos de que los emails no acaben en las carpetas de spam o correo basura?
Antes de trabajar el contenido del email, es importante seguir una serie de normas y buenas prácticas para asegurarse de que tus emails lleguen a buen puerto bandeja de entrada. He aquí una recopilación de sugerencias para mejorar tus próximos envíos, basadas en nuestra experiencia:
La base de datos de contactos
Asegúrate de que limpiar y actualizar tu base de datos de contactos periódicamente. Cuantos más contactos tengas que identifiquen tus correos como spam, más rebotes habrá en las direcciones de correo electrónico de tu base de datos, lo que aumentará el riesgo de que los servicios de mensajería te identifiquen como spammer (persona que envía correos basura). Aunque algunos softwares de CRM o de envío masivo de emails realizan estas tareas automáticamente, merece la pena limpiar la base de datos manualmente, sobre todo cuando lleva mucho tiempo en uso.
Autenticación
Comprueba la configuración de autenticación SPF, DKIM y DMARC de tu software de emailing. Estos 3 protocolos deben estar en funcionamiento para que tus clientes puedan verificar la autenticidad del remitente (es decir tu empresa). El SPF (Sender Policy Framework) es un sistema de validación de correo electrónico que impide a los spammers enviar correos electrónicos utilizando su dominio. El DKIM (DomainKeys Identified Mail) es un método de autenticación que refuerza la seguridad del correo electrónico al permitir al servidor comprobar la autenticidad del dominio del remitente. Y finalmente, el DMARC (Domain-Based Message Authentication, Reporting and Conformance) es un protocolo que se basa en SPF y DKIM para prevenir la suplantación de identidad y combatir eficazmente el phishing (ciberataques por medio de la suplantación de identidad).
Nombre del remitente
Evita que el remitente sea únicamente el nombre de una persona jurídica: es importante personalizarlo. Si no quieres añadir los nombres y apellidos, es preferible utilizar «Helena de Magnetic Way» que simplemente «Magnetic Way», por ejemplo.
Dirección electrónica del remitente
Hay que evitar los correos electrónicos «sin respuesta» (no-reply) puesto que son indicador de envío masivo. Los correos genéricos de «marketing@», «comunicación@» e «info@» tampoco son ideales y, en última instancia, pueden ser identificados como spam. Si el porcentaje de entrega o los indicadores de apertura de email parecen ser menores al utilizar estos tipos de correo electrónico, intenta cambiar a un correo electrónico más «personal».
El objeto del email
No debe ser demasiado largo. Se recomienda un máximo de 60 caracteres. Procura evitar el uso abusivo de mayúsculas, signos de exclamación, «palabras spam» (ponemos a disposición de nuestros clientes una lista detallada de ellas) y faltas de ortografía, ya que los robots antispam los detectan con gran rapidez.
El preencabezado
¿60 caracteres te parecen insuficientes para el asunto de tu email? El preencabezado es una pequeña descripción que puede servirte de complemento. Este elemento, que muchos olvidan rellenar, es muy útil para animar a los destinatarios a abrir e interactuar con tus correos, así como para sortear los filtros de spam.
El formato
Tus emails no deben ocupar más de 800 pixeles de ancho, aunque es recomendable utilizar un formato más cercano a los 600 píxeles para garantizar la compatibilidad y legibilidad en dispositivos más pequeños, como las tabletas y los móviles. Cuidado con el uso de imágenes. No deben predominar, puesto que algunos servidores de correo, especialmente en entornos profesionales, bloquean la visualización de imágenes por defecto. La proporción recomendada es de 60% de texto y 40% de imágenes.
La tipografía o fuente
Es preferible elegir una fuente «universal» compatible con todas las plataformas. Si utilizas un tipo de letra más «exótico», no será detectado por servicio de mensajería, que podría tomarse la libertad de utilizar un tipo de letra «clásico» como sustituto, lo que podría comprometer el formato y la legibilidad de tu mensaje.
El código HTML
Debe ser limpio y ligero, especialmente en cuanto al CSS. Intenta minimizar el tamaño del formato HTML evitando javascripts, el uso abusivo de imágenes, la utilización de demasiados colores, etc. En este caso, menos, es más.
La versión en texto plano
Añadir el correo electrónico en formato de texto plano puede ser una ventaja. La mayoría de los programas de envío de correo electrónico permiten crear esta versión de texto en unos pocos clics a partir de la versión HMTL.
Los enlaces
Reduce el número de enlaces presentes en tu correo a lo estrictamente necesario. Comprueba antes de enviar tu mail que no existen enlaces «muertos» o erróneos, ni tampoco enlaces a sitios web que podrían ser marcados como spam. No olvides tampoco el enlace obligatorio que permite darse de baja de las comunicaciones, puesto que es obligatorio según la directiva europea RGPD.
La firma
Añadir una firma con una dirección física es una ventaja. En algunos países, es incluso obligatorio, y garantiza la identificación y existencia del remitente.
Archivos adjuntos
Deben evitarse a toda costa.
¿Tiene dudas sobre la calidad «técnica» de tus emails? Aquí tienes una herramienta gratuita para comprobar si tu email puede ser considerado como spam. Sólo tienes que enviar tu correo electrónico a la dirección generada y hacer clic en el botón para obtener los resultados.
